En mi opinión
Una historia criminal que expone el mal que ha gobernado por años a México, donde un gobernador con doble nacionalidad, se convierte en la prueba definitiva, del crimen organizado y la corrupción sistemática, que imperaba en la época más oscura y perversa, que significaba los gobiernos del PRI y del PAN.
La ambición, lo llevarían a lograr la legalidad, que todo criminal sueña alcanzar, con un título político, que en México otorga el privilegio de estar por encima de la ley, construyó su camino a una gobernatura y así forjo su imperio, como dueño y soberano de la tierra que pisa.
Controlado por su propio grupo criminal, supervisaba y forjaba todo tipo de asociaciones comerciales e industriales, en ambos lados de la frontera, las casas, los almacenes, los terrenos, los camiones y las flotas de pipas, serían prueba de su poder.
Dónde su nombre generaba en el mundo del crimen organizado, temor y respeto, que las drogas y los dólares no te pueden otorgar, al cruzar la frontera sus relaciones con las organizaciones de justicia como la DEA, le permitía ser intocable.
Teniendo el control del crimen en la ciudad, al lograr tener en nómina a la policía y a todos los funcionarios públicos, se mostraba ante la prensa como una respuesta común, de los que estaban en contra del gobierno.
Dónde la oportunidad por el futuro de México y su presidencia, le interesaba forjar su imagen pública y crearían los cimientos del plan de la oposición política conservadora y corrupta.
Es así como las alianzas, se empezarían a formar en México, con la oportunidad de desaparecer toda frontera, los recursos económicos y el control de los territorios, mostraban las enseñanzas que solo el crimen otorgaba al formar sus sindicatos, para consolidar su poder absoluto contra sus enemigos.
A través de su vasta red criminal, que los seguía enriqueciendo, la relación política que logro con funcionarios de USA, los empresarios que eran sus socios y los petroleros que se veían afectados, se presentaba la oportunidad que en su ambición, lo hizo declarar y precipitar su caída.
La fortuna familiar, que ascendía a millones, en negocios que servían de tapadera y con lo que parecía presta nombres, sus ganancias dejaban migajas, que le permitieron al gobierno federal perseguir y buscar justicia.
Con un juicio político, se declaraba el principio de su caída, que, frente a esta amenaza, la corrupción del gobierno, que se negaba a separarlo de su cargo, prendería las alarmas de su poder y quedaría evidenciado, los secretos y las complicidades, por aquellos que actuarán en su defensa, al formar un frente, para evitar su caída.
Dónde ni la SCJN se atreve a decir si tiene o no, que enfrentar la justicia, que solo las líneas del tiempo quedan para manifestar, la verdad que los implicados tratan de ocultar.
Basado en Al Capone, gánster estadounidense.
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